Hace ya más de 30 años que a su hija le diagnosticaron la enfermedad celíaca, así que nos lleva algo de ventaja.
Pero no sólo en eso. La experiencia y buena mano que Isabel tiene en la cocina se saborean ya desde la puerta de su recién estrenado local, donde todo está mimado al detalle, incluido el cariñoso trato que tuvimos, y que nos hizo sentir como en casa desde el primer saludo. Imposible hacer un mejor honor al nombre del negocio.

«Cuando mi hija era pequeña, teníamos que viajar a Italia para poder comprarle pasta sin gluten que encontrábamos en farmacias de allí… Hemos procurado siempre que Marina pudiese comer de todo… y no sólo arroz», nos explica a los pocos minutos de conocernos, para darnos una idea de lo complicado que era ser celíaco hace no tantos años en España y del esfuerzo que suponía para cualquier familia poder comer variado. Una desventaja que con los años se ha convertido, en este caso, en una fortaleza, pues esta madre conoce como pocas los secretos para una cocina sin gluten, casera y de calidad.
Por ejemplo, en «
Donde mi madre» la masa de las croquetas es siempre sin gluten, pero se empanan algunas con pan de trigo para los no-celíacos. ¿No es genial?
Albóndigas y demás guisos, pisto y ensaladillas, empanadas, libritos de jamón y queso… forman parte de la amplia oferta de comidas totalmente aptas para celíacos, y que nos encantaron a todos. Y todo ello cocinado con mucho amorcito en un espacio bien preparado.
Una larga experiencia conviviendo con esta enfermedad es lo que permite a Isabel y a su socia Marisa, no sólo cocinar así de bien, sino conocer bien los procesos de almacenamiento y preparación de alimentos sin gluten.
Pero además de los platos de la carta, que no son pocos, nos explicaron que siempre puedes pedir por encargo pan de molde, panecillos, bizcochos totalmente caseros… ¡Ñam! ¡Seguro que lo haremos!
Otra de las sorpresas con encanto la encontramos en el piso de abajo: un pequeño salón decorado con gusto, con mesitas de madera en las que no falta detalle, por si prefieres quedarte a comer allí mismo. Una idea genial si lo que buscas es un plan de comida rápida pero sana fuera de casa.
Ni que decir tiene que A. y P. quedaron fascinados con todo. Especialmente cuando pidieron unas patatitas fritas y se las hicieron al momento. Igual que las torrijas sin gluten, que aún no había dado tiempo a hacer pero que en un periquete nos prepararon para que P. pudiera llevarse.
Sin duda uno de los grandes descubrimientos para nuestro día a día. Platos caseros de madre, aptos para todos y cerquita de casa.
C/ Santa María, 15
Las Rozas de Madrid