COMO EN CASA: DONDE MI MADRE

DSC_1764Hace ya más de 30 años que a su hija le diagnosticaron la enfermedad celíaca, así que nos lleva algo de ventaja.

Pero no sólo en eso. La experiencia y buena mano que Isabel tiene en la cocina se saborean ya desde la puerta de su recién estrenado local, donde todo está mimado al detalle, incluido el cariñoso trato que tuvimos, y que nos hizo sentir como en casa desde el primer saludo. Imposible hacer un mejor honor al nombre del negocio.

DSC_1790

«Cuando mi hija era pequeña, teníamos que viajar a Italia para poder comprarle pasta sin gluten que encontrábamos en farmacias de allí… Hemos procurado siempre que Marina pudiese comer de todo… y no sólo arroz», nos explica a los pocos minutos de conocernos, para darnos una idea de lo complicado que era ser celíaco hace no tantos años en España y del esfuerzo que suponía para cualquier familia poder comer variado. Una desventaja que con los años se ha convertido, en este caso, en una fortaleza, pues esta madre conoce como pocas los secretos para una cocina sin gluten, casera y de calidad.

DSC_1765DSC_1793DSC_1791DSC_1795DSC_1782

Una de las cosas que más nos gustaron, además de la agradable conversación, la pared de pizarra que preside el local y los muchos detalles decorativos fue que, por primera vez en un sitio de comidas caseras preparadas, todo ante nuestros ojos era apto para celíacos, y sólo una pequeña parte del expositor ofrecía platos «adaptados» a los no-celíacos. ¡El mundo al revés!

DSC_1797
Por ejemplo, en «Donde mi madre» la masa de las croquetas es siempre sin gluten, pero se empanan algunas con pan de trigo para los no-celíacos. ¿No es genial?
Albóndigas y demás guisos, pisto y ensaladillas, empanadas, libritos de jamón y queso… forman parte de la amplia oferta de comidas totalmente aptas para celíacos, y que nos encantaron a todos. Y todo ello cocinado con mucho amorcito en un espacio bien preparado.
Una larga experiencia conviviendo con esta enfermedad es lo que permite a Isabel y a su socia Marisa, no sólo cocinar así de bien, sino conocer bien los procesos de almacenamiento y preparación de alimentos sin gluten.
DSC_1792DSC_1787
Pero además de los platos de la carta, que no son pocos, nos explicaron que siempre puedes pedir por encargo pan de molde, panecillos, bizcochos totalmente caseros… ¡Ñam! ¡Seguro que lo haremos!
DSC_1769
Otra de las sorpresas con encanto la encontramos en el piso de abajo: un pequeño salón decorado con gusto, con mesitas de madera en las que no falta detalle, por si prefieres quedarte a comer allí mismo. Una idea genial si lo que buscas es un plan de comida rápida pero sana fuera de casa.
DSC_1774 DSC_1779DSC_1775 DSC_1778 DSC_1783
Ni que decir tiene que A. y P. quedaron fascinados con todo. Especialmente cuando pidieron unas patatitas fritas y se las hicieron al momento. Igual que las torrijas sin gluten, que aún no había dado tiempo a hacer pero que en un periquete nos prepararon para que P. pudiera llevarse.
    DSC_1799
Sin duda uno de los grandes descubrimientos para nuestro día a día. Platos caseros de madre, aptos para todos y cerquita de casa.
DONDE MI MADRE
C/ Santa María, 15
Las Rozas de Madrid
Anuncio publicitario

LOVING MAD GLUTEN FREE


“Mamá, éste ha sido el día más feliz de mi vida”.

Sabes que cuando un niño dice esto, la cosa va en serio: se lo ha pasado b-o-m-b-a. Y probablemente habrá otro “día más feliz de mi vida” la semana que viene y dentro de un mes y dentro de un año… Pero en ese momento, en ese preciso momento, la manifestación de su estado de felicidad suprema es cosa seria. Es un día MUY feliz.

En este caso, la expresión de júbilo máximo cobraba aún más sentido si cabe: barra libre de comida + absolutamente todo libre sin gluten. Un alborozo que sólo entiende quien a diario vive rodeado de limitaciones alimenticias, especialmente al salir fuera de casa, cuando todos se piden unas croquetas, un sándwich o unos boquerones… y toca conformarse con lo menos atractivo de la carta. Y que de pronto aterriza en 8.000 metros cuadrados sin una gota de trigo y cree estar soñando.

– ¿De verdad que puedo comer lo que yo quiera?

– ¿En serio que aquí dentro no hay naaaaada de trigo?

Día de emociones gastronómicas fuertes, pues, el que pasamos en la primera edición de Mad Gluten Free, la Feria Internacional de Productos y Dieta Sin Gluten, el pasado fin de semana.

Una jornada de encuentro con marcas ya conocidas y con muchas otras nuevas, de talleres, de charlas… y de degustaciones a tutiplén sin freno: churros, crepes, pizza, muffins, croquetas, palmeras, bocatas… Una feria de sabores de la que disfrutamos todos como si también fuésemos P.

Desde aquí nuestra enhorabuena a toda la organización, colaboradores y patrocinadores, por una iniciativa que promete mucho tirón y a la que no faltaremos en futuras ediciones.

DSC_1713 DSC_1716-2 DSC_1718-2DSC_1720-2

DSC_1732  DSC_1741 DSC_1743 DSC_1749 DSC_1752 DSC_1754 DSC_1757

HAMBURGUESAS Y MÁS

IMG_6177 Cualquier sitio que esté a tiro del Retiro es para nosotros potencialmente adorable, con independencia de lo que después nos depare la experiencia gastronómica. Los largos paseos por el parque o las tardes de juegos y bicis se llevan mejor con el estómago bien atendido. Si además el local cuenta con opciones sin gluten, la cosa gana puntos ya antes de llegar. Y si encima hablamos de lo que viene siendo una hamburguesería, pues ni te cuento cuántos.

Se da el caso, no sé si casual, de que todo lo que hemos probado en este barrio, nos ha encantado. Tanto que al final siempre vamos a los mismos dos o tres sitios. Y New York Burger es uno de ellos.

Creo que prácticamente en cualquier restaurante es posible para un celíaco o intolerante al gluten encontrar alimentos que poder comer. Generalmente esto pasa por el socorrido filete o huevo o, en el caso de las hamburgueserías, la hamburguesa sin el pan. Un rollo, vamos.

Y por eso el New York Burger nos encanta. Porque no es que tengan un menú sin gluten al final de la carta, que sería más que bueno. Sino que cualquier hamburguesa de la carta se puede servir con pan sin gluten, amén de otro montón de platos aptos.

IMG_6169IMG_6181

Se me ocurren varios muuuuy recomendables, y sin duda las hamburguesas están buenísimas, pero sin duda nuestra razón para volver una y otra vez se llama New York Nachos, unos de los mejores que he probado nunca, con queso derretido, frijoles, guacamole, pico de gallo y crema agria. Imposible no pelearse con P, que se muere por estos nachos. Se cree que son sólo suyos y por si hay alguna duda, coge carrerilla y no hay quien lo pille.

En los postres, si quieres seguir peleándote, que no te falte al menos un brownie calentito con sirope de chocolate y helado de vainilla, con tantas cucharas como bocas haya en la mesa. Aunque mejor pídetelo para ti solo porque está de miedo.

IMG_6183IMG_6178

New York Burger Recoletos
Calle Recoletos, 4.
28001 Madrid.
+34 914 31 84 17